Tu mansplaining me violenta
La antiquísima práctica de ser tratadas como seres inferiores al hombre llevó a normalizar micromachismos que han sido socialmente adoptados por costumbre. Por desgracia, esta práctica constante se ha convertido en norma, pero ha sido hasta nuestros días que la palabra mansplaining comenzó a tomar relevancia en distintos círculos feministas, pues se ha evidenciado la violencia generada por esta acción.
«Ningún hombre se ha disculpado nunca por explicarme erróneamente cosas que yo sabía y ellos no. Todavía no, pero según las tablas actuariales, puede que aún me queden otros cuarenta y tantos años de vida, así que podría suceder.»
Los hombres me explican cosas, Rebecca Solnit
La antiquísima práctica de ser tratadas como seres inferiores al hombre llevó a normalizar micromachismos que han sido socialmente adoptados por costumbre. Por desgracia, esta práctica constante se ha convertido en norma, pero ha sido hasta nuestros días que la palabra mansplaining comenzó a tomar relevancia en distintos círculos feministas, pues se ha evidenciado la violencia generada por esta acción.
Primero que todo, es importante aclarar que mansplaining es un neologismo anglófono que une la palabra man (hombre) y explaining (explicar). En pocas palabras, se trata de una práctica que tiene como objetivo desestimar las opiniones de las mujeres. Esto se hace por medio de la confrontación de un discurso de superioridad o de condescendencia en donde, sin hacerlo explícito, se minimizan las aportaciones femeninas en el contraste y aportación de ideas y propuestas.
Dice la periodista Paulina Chavira, editora fundadora de The New York Times en español, que la “machoexplicación” es una actitud que se repite en tantos ámbitos que puede ser percibida por el interlocutor, incluso como una amabilidad, pero que lo único que evidencia es que, en muchos casos, los hombres no consideran que las mujeres podemos tener una visión completa, concienzuda y reflexionada[1].
Lo anterior provoca la invisibilización de las mujeres en esferas donde el machismo se ve amenazado. Por ejemplo, es muy recurrente que cuando estamos en un espacio de opinión pública, algún hombre diga lo que nosotras previamente manifestamos, pero bajo el dicho típico “estoy de acuerdo, pero me parece que te faltó…”.
De tal suerte que estos correctivos pseudointelectuales generan seguridad en la frágil masculinidad de los varones que gustan de esta práctica. Así que como podrás ver, la masculinidad tiende a proteger su espacio de poder, para que no sea afectada. Por lo que la próxima vez que seas interrumpida por algún hombre para explicar lo que quisiste decir o lo que ya dijiste, no olvides que ello también es una forma de violencia psicológica, la cual no debes normalizar, y mucho menos permitir.
[1] Paulina Chavira, “Siete palabras feministas”. Nexos, 1 de abril, 2020. https://www.nexos.com.mx/?p=47509
