TRUE LOVE
Crónica sobre la violencia doméstica y el encontrar el autoestima y el amor propio.
Autora: Lianelys Valdés
Es difícil escribir esta cuartilla. Sé que me mueve demasiado esta historia, pero también sé que nos hará bien a las dos. Las cosas hay que decirlas hasta que ya no duelan. Despacio, como principiante, me detengo a escuchar detalles. Las manos le tiemblan y apuesto a que el corazón también. Tiene que regresar, revivir la pesadilla una vez más.

Para ese entonces la soledad le corroía las entrañas. Aun a su lado se sentía abandonada. Le sucedió una depresión enfermiza y apenas pudo salir ilesa. Puedo reconocer su llanto y sus motivos, la sentí llorar muchas veces. Una voz ligera, apenas que se oye: ㅡsabía que él no era lo que buscaba, pero nunca imaginé que se transformara asíㅡ.
Fue feliz, al principio nadie es lo que es y, como una niña, se dibuja una sonrisa en el rostro. Ofreció lo mejor que tenía, cambió su vida, enfrentó a los suyos, renunció a sus sueños, se falló a ella y no a él; pero eso no fue suficiente. Para un hombre así nunca nada es suficiente.
Los ojos se pierden en el pasado, cuenta cómo los abrazos fueron reemplazados por gritos, por un sarcasmo cortante. ㅡTú no eres mujer para mí, no vales lo que te doyㅡ. Llegaron las comparaciones, las palabras se hacían nada y él: ㅡ¡no te metas en lo que no te importa!ㅡ. Fue la confirmación de que no tenía voz en aquella casa.
Las humillaciones y las burlas a sus debilidades, las críticas, los silencios y las mentiras repetidas, la llevaron a verse con los ojos del macho. Los problemas de dos eran cosa de una: ㅡ¡Yo no puedo ahora, ¿cuántas veces te voy a decir que estoy haciendo algo más importante?!ㅡ Las intrigas, el orgullo de ser el “jefe de la casa”.
Usó sus miedos para chantajearla y conseguir su voluntad, aquel que finalmente ofrecía la absurda recompensa de un sexo sin amor. Entrecruza los dedos y la voz se hace un susurro. Respira hondo, como si sacara todo de un suspiro. ㅡTuve miedo a la soledad. Pensé que no había nada más de lo que yo había conocidoㅡ.
Estaba abrumada, no llegaba a sus 20 años y todo era demasiado grande. No sabía que era víctima de violencia doméstica, mucho menos entendía por qué. Creía ser insuficiente para cualquier hombre, incapaz de tener algo que hiciera quedarse a alguien, convencida de sus defectos. ㅡMe sentía humillada, despreciada, llena de complejos, paralizada por las dudasㅡ, me dijo.
Otra pausa, yo también quedo en calma. Pienso que la de ella es la historia de muchas otras. Me interrumpen unas palabras impulsadas a salir de una boca frenética.
ㅡHasta un día en que la vida cambió, aquella mañana me levanté con deseos de volar. Me tocaba ingeniarme las alasㅡ. Me mira de frente, busca mis ojos y antes de la silla dice: ㅡY todo acabó cuando decidí encontrar el amor verdadero: el propioㅡ.