¡Sin pecado concebida!
María, virgen siempre En el catecismo de la iglesia católica se conoce a María —madre de Jesús de Nazaret— como la virgen siempre: “Virgen al concebir a su hijo, virgen durante el embarazo, virgen en el parto, virgen después del parto, virgen siempre […]”*. En estas épocas no faltan los sermones que recuerden aquellas líneas….
María, virgen siempre
En el catecismo de la iglesia católica se conoce a María —madre de Jesús de Nazaret— como la virgen siempre: “Virgen al concebir a su hijo, virgen durante el embarazo, virgen en el parto, virgen después del parto, virgen siempre […]”*. En estas épocas no faltan los sermones que recuerden aquellas líneas.
Pero ¿Cuánto ha trascendido esa historia en los mitos familiares? Mucho. A partir de la idea de la virginidad de María se han concretado diferente estereotipos en torno a la mujer; como la sexualidad femenina, el matrimonio, la planificación familiar, el desarrollo de métodos anticonceptivos, violencia sexual, endogamia, embarazo, violencia obstétrica e incluso el aborto.
María Virgen es virgen siempre —para la doctrina católica— por no sangrar ni en el parto ni en la menstruación; y porque fue un varón el hijo de Dios. La cultura es un factor determinante para la visión del mundo y, sin duda, la visión católica se concretó en diferentes culturas del mundo.
* San Agustín, Sermón 186, 1. El nacimiento del Señor
La concepción virginal
Imponer dentro del imaginario de una cultura la idea de la virginidad ha aparejado la creencia en los pecados divinos. Entendiendo como pecado al acto sexual entre el hombre y la mujer que tiene como resultado el embarazo.
El riesgo de pensar al embarazo como un pecado es que muchas dudas que se tienen sobre su prevención o planificación no son resueltas en los contextos sociales cotidianos por la pena de preguntar, las limitaciones al responder, entre muchas otras más que satanizan la práctica sexual.
La concepción como voluntad de Dios le ha valido a la visión católica diversas arbitrariedades en torno a la mujer. En La Biblia se escribió que los hijos “no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”**. De la cita anterior se analiza un catalizador doctrinario de violencia en torno al cuerpo de la mujer, pues la frase María madre de gracia deviene de la idea de que esa concepción fue perdonada por ser hijo de Dios.
Las creencias son importantes en la construcción de la identidad de las personas; sin embargo, la trascendencia que estas ideas religiosas tiene en la vida cotidiana de las mujeres debe eliminar sus impactos de violencia en la esfera íntima —específicamente en la violencia de género—. No deben limitar el libre desarrollo de la personalidad ni limitar los derechos sobre el cuerpo, así como las diversas formas de construcción familiar.
** Juan 1:13

Las premisas que pertenecen a la religión más predicada en todo el país ha hecho estragos en la autonomía de los cuerpos y libre pensar de las mujeres, hacen falta textos así que nos orillen a cuestionarnos porque se nos atribuyen características como «virgen» y «sumisa»