Reseña La estación de las mujeres.
“Hay algo vertiginosamente atractivo en la idea de desaparecer”. Carla Guelfenbein. Margarita sospecha que su marido tiene un amorío con una de sus estudiantes. Elizabeth intenta escapar del vacío de una vida de privilegios en la Nueva York de los años cincuenta. Doris Dana, amor y albacea de Gabriela Mistral, vive una noche de alcohol…
“Hay algo vertiginosamente atractivo en la idea de desaparecer”.
Carla Guelfenbein.
Margarita sospecha que su marido tiene un amorío con una de sus estudiantes. Elizabeth intenta escapar del vacío de una vida de privilegios en la Nueva York de los años cincuenta. Doris Dana, amor y albacea de Gabriela Mistral, vive una noche de alcohol y sexo con una amiga de la infancia. Juliana, una pastelera octogenaria, ansía encontrar la identidad de una mujer que cambió el rumbo de su vida. Anne, conserje de un edificio, huye en busca de su identidad mientras su madre se enfrenta por primera vez a su secreto más profundo.
En una mezcla poco común que conjuga personajes reales, como Gabriela Mistral, y otros de ficción, esta novela sabe muy bien cómo conjuntar las temporalidades pasadas y presentes en un mismo espacio narrativo. Hecho de pequeños capitulos individuales, La estación de las mujeres es un libro corto pero bien estructurado, en el que un grupo de mujeres, algunas desconocidas entre ellas y otras no tanto, mezclan su pasado y su presente para relatar una misma historia en la que la amistad, la feminidad, el sexo, el amor y la libertad, las llevan a descubrir sus propios limites.
Te recomendamos ampliamente esta obra por que en ella encontrarás una amplia ventana para asomarte a las realidades de otras mujeres, de las edades de tu mamá o incluso de tu abuelita, pero que no por ello dejan de tener los mismos problemas que tú y yo. La feminidad es retratada aquí no como un obstáculo y prejuicio que es atacado constantemente, sino como la condición de posibilidad de realizarse mujer, en el más amplio sentido de la palabra. Pues no hay un único molde platónico de la mujer; todos los cuerpos, todas las mentes, todas las personalidades de las mujeres son válidas y valiosas. También la mía y la tuya.
