¿Por qué les da miedo llamar feminismo a la perspectiva de género?
Hay muchas personas que consideran que la perspectiva de género es una moda, un capricho de las masas pertenecientes a la mal llamada “generación de cristal”. Por ese motivo es imperioso definir qué estamos entendiendo por “perspectiva de género”.
«La perspectiva de género se construye al interior de las Teorías feministas porque éstas se han desarrollado desde la opresión genérica de las mujeres. Con el feminismo, la perspectiva de género se erige como la primera filosofía no-sexista de la sexualidad»
Marcela Largarde
Hay muchas personas que consideran que la perspectiva de género es una moda, un capricho de las masas pertenecientes a la mal llamada “generación de cristal”. Por ese motivo es imperioso definir qué estamos entendiendo por “perspectiva de género”. «La perspectiva de género -escribe Marcela Largarde- implica a ambos géneros en el desarrollo de un esfuerzo por lograr modificaciones en las respectivas especificidades, funciones, responsabilidades, expectativas y oportunidades de varones y mujeres[1].»
La escritora nos menciona una palabra clave en esta definición: “modificaciones”, y pasa que la perspectiva de género tiene como objetivo abolir las condiciones de todo tipo, que generen inequidad entre hombres y mujeres. Por tal razón identifica cuatro elementos que se deben trabajar: funciones, responsabilidades, expectativas y oportunidades. De tal manera que una vez que se “modifique” la forma tradicional de estos cuatro elementos podremos decir que estamos ante una sociedad que tiene perspectiva de género. La razón de ese resultado es proporcional a la aceptación que la sociedad debe dar a las desventajas que históricamente hemos tenido las mujeres en diversos contextos.
Así que lo que busca la perspectiva de género es visibilizar la condición de género de las mujeres, es decir con un enfoque distinto va identificar cuáles son los mecanismos antropológicos, socioculturales y políticos que propician la subordinación de las mujeres ante los hombres. Y es justo en este análisis donde la perspectiva de género ha de proclamarse como visión femínista, porque, en efecto, las definiciones anteriores son parte de los principios de la primera y segunda ola del feminismo. Resultado de ello es la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), que fue adoptada en forma unánime por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979 y que entró en vigor en 1981.

Por ello, la perspectiva de género no es otra cosa que visión femínista, dado que el feminismo busca abolir las brechas estructurales impuestas por el patriarcado y que son las culpables de mirarnos desde una acera distinta, como si entre hombres y mujeres cruzáramos una calle que nos hace seres distintos. La dinámica social nos pide cambiar esa visión, al tiempo que les invita a los privilegiados a cruzar la calle para estar en la misma acera y así avanzar juntos.
De tal forma que deben dejar de preocuparse los que piensan que el feminismo llevará a la implantación de un sistema en el que los derechos de los hombres serán vulnerados. No debemos tergiversar el objetivo. La eliminación de estados de injusticia han de llevar a un desarrollo sin ataduras de patrones machistas que afectan también a los varones.
Me parece que el miedo a llamar y aceptar a la perspectiva de género como visión feminista, es la animadversión al movimiento, por esa razón evitan reconocer que se ha logrado visibilizar a las mujeres que servían de ornato en las fotografías de los libros de texto o eran mampostería para las fachadas de los logros políticos. Éste es uno de los grandes logros de la perspectiva de género, que no deja de ser al mismo tiempo un logro del feminismo.
[1] Largarde Marcela. El futuro de la perspectiva de género. México, 1996, p. 163.