No eres provida, eres antiderechos.
El aborto es uno de los temas en las agendas conservadoras y religiosas de México. Más particularmente la penalización del aborto, pues grandes sectores de la población que se hacen llamar “pro-vida” esgrimen retóricos argumentos para castigar la libre sexualidad de las mujeres.
Querido provida:
Sé que estás triste. Que noticias como la despenalización del aborto en Argentina o Corea del Sur te inundan de incertidumbre, desilusión y frustración. Que no logras entender la importancia de que en esas tierras lejanas las pibas y las surcoreanas ya no tendrán que morir por abortos inseguros y clandestinos. Porque en el fondo crees que esas muertes eran parte del “castigo necesario” que tenían que pagar por andar de “livianas”.
¿Cómo es que me atrevo a hacer tal afirmación? Muy fácil, te lo explico. Cada vez que réplicas que las mujeres “deberían de aprender a cerrar las piernas” para evitar embarazos no deseados, en realidad estás mostrando que lo que te molesta es que tengamos libertad sexual. Si eres de los que se ufanan diciendo que “para evitar embarazos deberían de usar anticonceptivos”, das por hecho que todas las mujeres tienen acceso a ellos y a una educación sexual adecuada.
Si eres de los provida que piensan que las mujeres que abortan son aquellas “chamaquitas locas” que van por la vida cogiendo de manera irresponsable con cuanto hombre se les pone enfrente, dejas de lado por completo a aquellas mujeres que no pueden decidir si van a tener relaciones sexuales o no. Desconoces las condiciones en las que millones de mujeres en el mundo viven. Ignoras a aquellas que tuvieron que someterse a matrimonios forzados, en donde no tienen voz ni para cuestiones domésticas, mucho menos para decirle al marido que no quieren tener hijos. No eres consciente de que hay mujeres que son maltratadas por sus parejas, a las cuales no les queda más que aceptar tener relaciones sexuales con sus violentadores, o de lo contrario pueden morir en sus manos. Ignoras las condiciones que obligan a muchas mujeres a decidir no tener un hijo porque no cuentan con los medios necesarios ni siquiera para su propia subsistencia y desarrollo. No te importan aquellas mujeres que terminan con un embarazo no deseado de su violador, un hombre al cual no denunciaron por temor, amenazas o por tratarse de un familiar. Ignoras también a aquellas mujeres que no se percataron de que el idiota del novio se quitó el condón mientras tenían relaciones sexuales sin avisarle. O a aquellas que tuvieron que dejar los anticonceptivos por presiones religiosas, sociales y familiares. Y así, podría darte una enorme lista de todas las mujeres que son invisibles desde tus privilegios y misoginia.
Ahora bien, si a esos comentarios sumamos el hecho de que una gran cantidad de providas aceptan la interrupción legal del embarazo en casos de violación sexual, y que publicamente vociferan frases moralistas en las que hacen referencia que aquellas que no hayan sido violadas no tienen derecho a abortar, entonces nos dan la razón a las feministas. Porque lo que les importa no es la vida de ese producto que ustedes se esmeran tanto en llamar “bebé” o “persona”; a ustedes lo que les interesa es castigar a aquellas mujeres que por elección tuvieron sexo. ¿O es acaso que los fetos, producto de una violación sexual, para ustedes no son humanos? Ustedes no defienden la vida, defienden los partos y su moral represiva contra la libertad sexual femenina.
Querido provida, tus lágrimas representan el principio del fin del pasado de opresión socialmente aceptado contra las mujeres. Un pasado en el que se pretendía y aceptaba que otros decidieran sobre los cuerpos femeninos. Un pasado que continúa pesando en el presente, por gente como tú, que todavía no entiende que debe de respetar los derechos de otras personas. No pretendo agredirte, sólo explicarte por medio de estas palabras aquellas confusiones que continúas replicando y propagando como verdades absolutas, con la finalidad de que, por un momento, salgas de tu burbuja de privilegios desde donde atacas a aquellas personas que hoy luchan por la salud sexual y reproductiva de las mujeres.

Selynda Argueta #FemísticaGalena
Me parece de suma importancia aclararate que la lucha por la despenalización del aborto en el mundo no es una moda ni un acto satánico de decadencia social. Esta lucha responde a una consciencia colectiva de la existencia de desigualdad social donde la pobreza y la discriminación tienen rostro de mujer. Las mujeres en el transcurso de la historia han visto limitados sus derechos y por ello se han desarrollado con más desventajas en este mundo. Su trabajo, a pesar de que sea igual que el de los hombres en la gran mayoría de los países, es económicamente menos retribuido. Y ni hablar de todas las actividades “propias de mujeres” en cuestiones domésticas o de cuidado de personas, que ni siquiera les representa un ingreso. No sólo han vivido con limitaciones sexuales sino también económicas que les impiden tener una verdadera independencia. Con todas estas condiciones tiene que lidiar una mujer a la hora de decidir si tiene las posibilidades de criar un hijo o no.
Además de lo anterior, las mujeres socialmente se han visto responsabilizadas por la vida de los hijos de una manera diferente que los hombres. En esta cultura patriarcal, los padres deciden abortar a sus hijos a cualquier edad sin que sean verdaderamente recriminados o sancionados, lo hacen cuando deciden abandonar a la mujer que procrea a su hijo evadiendo sus responsabilidades, o incluso cuando el hijo ya nació y se desaparecen para evadir su paternidad. Y este tema, parece no importarles a ustedes, defensores de la vida y la moral. ¿Qué pasa entonces con las paternidades irresponsables? Pero cuando se trata de una mujer que no quiere tener un hijo, entonces sí aparecen ustedes haciendo manifestaciones en contra de su decisión, como si de alguna manera hicieran algo para apoyarlas.
Los abortos han existido en todas las sociedades y épocas de la historia. Pero no en todos los tiempos se ha criminalizado a las mujeres por abortar. Es más, ¿sabías que la iglesia católica años atrás aceptaba el aborto hasta la semana doce de gestación? Lo hacía porque consideraba que antes de ese tiempo, los seres humanos no tenían alma, si tienes dudas al respecto, puedes investigarlo, hay muchas fuentes confiables. Aunque dudo mucho que te interese cuestionar los motivos por los cuales el Vaticano decidió cambiar su postura y poscionarse en contra del aborto a cualquier edad de gestación. Claro, es más sencillo seguir siendo parte del “rebaño de dios”.
Ahora bien, ¿crees que estoy exagerando? Cada año mueren millones de mujeres en el mundo por practicarse abortos inseguros, lo cual es un problema social y de salud pública de gran importancia a nivel internacional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al aborto inseguro como un “procedimiento para interrumpir un embarazo no deseado, practicado por personas sin capacitación o experiencia, o en un ambiente que carece de los estándares médicos mínimos, o ambas cosas a la vez1Organización Mundial de la Salud (OMS). Consultado en: https://www.who.int/bulletin/volumes/92/3/14-136333/es/#:~:text=La%20Organizaci%C3%B3n%20Mundial%20de%20la%20Salud%20(OMS)%20define%20el%20aborto,ambas%20cosas%20a%20la%20vez..” Estas prácticas son las causantes de tantas muertes, por ello es importante que se despenalice el aborto, para que se pueda realizar con los estándares mínimos necesarios. Sé que esto tal vez no llame tu atención, querido amigo provida, porque estás más interesado en “salvar” las vidas de los que no han nacido, que las de las mujeres con existencia física real. Con eso no sólo demuestras tu falta de empatía, si no también tu machismo.
Ahora bien, respecto al aborto, a finales del 2018 el Comité de Derechos Humanos de la ONU se manifestó, por primera vez, con un posicionamiento contundente respecto de la interrupción voluntaria del embarazo, a través de la Observación General No. 36. En dicha observación se puede leer el posicionamiento del Comité al referir que: “… los Estados pueden adoptar medidas diseñadas para regular las interrupciones voluntarias de embarazos, pero estas medidas no deben resultar en una violación del derecho a la vida de una persona embarazada o del resto de sus derechos2Comité de Derechos Humanos (2018). Observación general núm. 36 sobre el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, relativo al derecho a la vida. Organización de Naciones Unidas (ONU). Consultado en: https://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/CCPR/GCArticle6/GCArticle6_SP.pdf .” Con esto intento mostrarte cómo a nivel mundial la interrupción del embarazo es un derecho de las mujeres, de sus derechos sexuales y reproductivos, de su derecho a la salud, de sus derechos humanos. En palabras más simples, sé que gracias a tu religión tu visión de la mujer es la de una subordinada, acompañante del varón. Pero el mundo afortunadamente va cambiando y las luchas feministas han logrado que se le reconozca a la mujer como persona, como un ser humano con derechos.
Así que cuando ustedes, provida, se manifiestan en contra de la despenalización del aborto, en realidad lo hacen en contra de los derechos de las mujeres. Cuando se posicionan a favor de que nazca otra vida sin pensar por un momento en la mujer que la está concibiendo, no piensan en el futuro de esas dos vidas que pueden estar condenadas a la precariedad. Ustedes providas pelean porque un niño nazca sin importarles la forma en que se va a desarrollar, con una madre que no lo quería, pero que después de parirlo está condenada a sacrificar todo con tal de que ese nuevo ser humano crezca. No luchan por salvar dos vidas, luchan por condenarlas a las dos.
Entonces, cuando te digo que al autonombrarte provida estas en un error, no lo hago porque te niegue la libertad de llamarte como quieras, si no porque te contradices. No eres provida, eres antiderechos. No defiendes los derechos del nuevo ser y mucho menos el de las mujeres. En realidad no eres defensor de nada, te comportas como un inquisidor que cree tener la razón por sobre todos los demás. Un inquisidor que se cree con la superioridad moral de dictar quién debe de parir y quién no. Escudándote en la religión o en una parca interpretación de la moral, que te ha hecho pensar que eres algo así como el buen “defensor de la fe”, una fe que a muchas ni siquiera nos interesa, adoptas un papel de juez y hasta de verdugo, conminando el linchamiento social sobre los cuerpos femeninos. Las mujeres no tenemos por qué vivir de acuerdo a tus creencias, y esa es la gran diferencia entre los providas y las feministas.
Las feministas no luchamos porque todas las mujeres deban de abortar, respetamos a las mujeres que por sus propias creencias deciden no hacerlo. No peleamos porque el aborto se obligatorio, sólo queremos que sea legal para que aquellas que así lo decidan, puedan practicárselo sin ser criminalizadas o estigmatizadas. Las feministas luchamos por la libertad de las mujeres, por la autonomía sobre sus cuerpos. Alzamos la voz por aquellas que no pueden, pero que sabemos que por sus condiciones necesitan la opción de poder elegir si quieren traer un nuevo ser al mundo o no. Luchamos por una educación sexual para decidir, por garantizar el acceso a los anticonceptivos para no abortar y por el aborto legal para no morir.