La versión feminista y perenne del origen del mundo en Gioconda Belli
Mujer que sabe latín es un libro de la escritora Rosario Castellanos. El capítulo que se analiza aborda los estereotipos que nos impone el patriarcado, que van desde la forma de nuestro cuerpo hasta el color de nuestras uñas.
“Quizás sus descendientes sabrán que el único Paraíso donde es real la existencia es aquel donde posean la libertad y el conocimiento”.
“…Y que el futuro en realidad es el retorno al origen”.1
Muchas han sido las obras que han tomado como tema central el Génesis bíblico. Diversos artistas se han inspirado en estos textos sagrados, para contarle al mundo fragmentos e interpretaciones de cómo pudieron haber ocurrido los hechos ahí narrados. Algunos autores han llevado todavía más lejos su imaginación, creando escenarios alternos que nos permiten comprender mejor y a detalle lo ocurrido en los albores de nuestro mundo. Entre estos últimos, se encuentra la nicaragüense Gioconda Belli.
Por su obra El infinito en la palma de la mano, Belli fue galardonada con el Premio Biblioteca Breve en el 2008. Se trata de una novela desafiante, donde ha conseguido magistralmente crear un mundo nuevo, nacido paradójicamente de uno de los relatos mágicos más antiguos que se conocen. Es una historia peculiar, ya que centra su atención en la descripción de las preguntas y emociones que la primer pareja —reconocida por los cánones judeocristianos— se plantea a lo largo de los cuarenta versículos que la Biblia les dedica a Adán y a Eva.
Cuenta la propia autora, que después de encontrarse por azar con algunos textos apócrifos, decidió comenzar una intensa investigación, la cual trajo como producto su novela. Con este relato, Belli regala a sus lectores una nueva interpretación del Génesis. Narración que no es simplemente una versión entre tantas otras, particularmente por dos elementos esenciales: el primero, la reivindicación de una de las figuras femeninas más señaladas por la humanidad: Eva. Y el segundo, por el manejo extraordinario que hace del tiempo, partiendo de la idea de no finitud de la dimensión temporal, es decir, Belli plantea que vivimos en un eterno momento sin principio y sin final.
En lo que respecta a la reivindicación de Eva, los lectores podrán apreciar la descripción de una mujer valiente, empática, pero sobre todo curiosa. Una mujer que cuestiona todo lo que hay a su alrededor. Belli centra su relato en las múltiples interrogantes que Eva se plantea, preguntas como: ¿por qué fuimos creados? ¿Por qué somos diferentes hombres y mujeres? ¿Por qué no podemos ver a nuestro creador? O ¿por qué no podemos tener el conocimiento del mundo? Eva, con éstas y más preguntas, es descrita por Belli como un personaje de singular inteligencia, a quien le negaron desde el principio las respuestas y el derecho a conocer. Incluso, en comparación con Adán, Eva se encuentra intelectualmente rezagada, pues una vez creados, escribe Belli, “Él se sabía Adán y la sabía Eva. Ella quería saberlo todo”2, pues hasta ese momento, no se le había permitido saber nada.

La escritora nicaragüense deja de lado la connotación negativa de la curiosidad humana y la desobediencia. Elementos que han sido considerados como el germen del pecado original, transgresión por la que supuestamente todas las generaciones del mundo, hemos tenido que pagar a través del tiempo. Belli, además, describe a una mujer con la que en la actualidad podemos identificarnos millones de feministas, en ese ejercicio constante del cuestionar lo establecido, lo que nos han dicho que debe de ser así y que nos ha dejado en un papel secundario durante cientos de años en la historia. Eva, gracias a la pluma de Belli, pasa de ser la mujer pecadora que desobedeció a Elokim (Dios), para convertirse en la mujer que personifica todas las dudas que cualquier humano habría tenido en las mismas circunstancias. La autora remueve de Eva la mancha del pecado que ha servido para desprestigiarla y para culparla.
Belli también encuentra la forma de conjuntar los textos bíblicos con los principios de la teoría de la evolución. Tal y como lo dice la ciencia, plantea que el origen de nuestra especie es una mujer. Una mujer que, sin saberlo, iniciará una nueva fase en el cosmos, que dará lugar a nuestro futuro. Un futuro que tal vez, sea al mismo tiempo el principio de todo. Belli juega con la temporalidad, plantea la duda sobre qué fue lo que ocurrió primero: el Génesis de los cánones religiosos o las mutaciones genéticas que dieron lugar a nuestra especie. Y no sólo eso, en esta novela también se cuestiona la posibilidad de que el tiempo pueda leerse únicamente de forma lineal. Gioconda inserta el infinito en la lectura del tiempo.
En esta obra vemos cómo la religión y la ciencia dejan de lado sus diferencias; y son posicionadas como entes que nos explican la misma realidad desde diferentes perspectivas. Las mujeres son el elemento crucial de todo este relato, son el principio y el fin de nuestra especie. Son los catalizadores necesarios para los cambios y, por consiguiente, las mujeres son la pieza clave en la evolución.
Si no has tenido oportunidad de leer a esta magnífica escritora latinoamericana, es momento de que comiences la aventura. Podrás darte cuenta, al leerla, que no sólo escribe sobre mujeres, si no desde las mujeres. Sus temas son muy variados, pero en todos ellos consigue que las y los lectores puedan identificarse con sus personajes. Sus relatos te llevan a un amplio recorrido por las emociones humanas, por los sentimientos, pero también te hace reflexionar sobre todo aquello que siempre has tomado como real e inmutable. Atrévete a leer una versión diferente de la historia de Eva, escrita desde una perspectiva femenina y revolucionaria de la realidad.
Gioconda Belli. El infinito en la palma de la mano. Ed. Seix Barral, México, 2017.
1 Gioconda Belli. El infinito en la palma de la mano. Ed. Seix Barral, México, 2017. (pp. 234).
2 Gioconda Belli. El infinito en la palma de la mano. Ed. Seix Barral, México, 2017. (pp. 32).