Historia del Feminismo
Las mujeres tuvieron distintas causas para querer pasar, de ser usadas como ornato en la sociedad, a ser consideradas personas y por tanto comenzar a luchar por el reconocimiento de su condición humana y ciudadana.
Breve Historia del Feminismo
La injusta pluma de los eruditos de la historia de la humanidad, se ha empeñado en relegar a un plano casi de la oscuridad a las mujeres. Las constantes y normalizadas conductas, de ver en nosotras, una forma de descarga de tensión sexual; aunado a la constante idea de que es nuestro deber ser las madres abnegadas, las hijas obedientes, las esposas ejemplares. Ha tenido como resultado que algunas mujeres, quisieran pasar, de ser usadas solo como ornato en la sociedad, a ser consideradas personas y por tanto comenzarán la lucha por el reconocimiento de su condición de humanas y ciudadanas. Esas mujeres darían nacimiento al feminismo.
¿Existen antecedentes históricos del feminismo?
En la historia del feminismo hay un par de antecedentes que no podemos dejar pasar, el primero se remonta a la edad media, en el s. XIII, la historia de Guillermina de Bohemia, filósofa, terciaria de la orden del Cister y quien es la precursora más irreverente, incómoda y bellamente-blasfema.
Guillermina se consideraba así misma la reencarnación de una deidad femenina, tal como lo fue el galileo, quien bajó de los cielos para la salvación de los hombres, ella al no sentirse identificada con un “Dios-hombre”, sostenía que las mujeres no habíamos sido salvadas por la sangre de cristo y que su sacrificio había sido único para los hombres, hombres que están hechos a imagen y semejanza de Dios.
Su filosofía estaba basada, en la indiferencia que hay entre el el dios de los hombres para con nosotras, teniendo como consecuencia la no redención. Bajo esa filosofía crea su propia iglesia en pleno siglo de la persecuciones a las sectas, su final es evidente, fue asesinada a manos de la inquisición, a pesar de su forma de muerte en Chiaravalle se la siguió recordando, enterrándose en su monasterio y no solo eso, sino también levantaron un altar en su nombre.
El segundo antecedente es Cristina de Pizan, escritora de La ciudad de las damas en 1405, libro que hasta 1786, fue atribuido al escritor italiano Giovanni Bocattio, esta escritora francesa es imprescindible tomarla como precursora a razón de su interesante reflexión respecto de la misoginia de su tiempo:
“Todos los clérigos, laicos y pensadores, todos, filósofos, poetas, moralistas, critican la figura de la mujer y si les creyéramos, seriamos, nosotras las mujeres a una vasija que contiene el pozo de todos los vicios y males”.
De ahí que la ciudad de las damas se sumerja en la idealización de ¿Cómo sería la ciudad donde no hubiera el caos y guerras que produce el hombre?.
¿Cuál fue el momento exacto del nacimiento del feminismo?
Podríamos tomar como acontecimiento preciso, la revolución francesa, movimiento histórico que pugnaba por la libertad, la igualdad y la fraternidad, pero solo para los hombres, pues las mujeres no tenían injerencia alguna en los asuntos públicos y políticos.
Olympe de Gouges pensadora francesa de la época haría una revolución con la emblemática “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”, Olympe afirmaba que los “derechos naturales de la mujer están limitados por la tiranía del hombre, y esa injusta situación debe ser reformada según las leyes de la naturaleza y la razón”, sus escandalosas ideas no fueron comprendidas y su final fue la guillotina.
Un año después de la publicación de Gouges, Mary Wollstonecraft escribe la “Vindicación de los derechos de la mujer”, las demandas de su escrito fueron la igualdad de derechos políticos, civiles, educativos y laborales, así como el escandaloso derecho al divorcio.
En el entendido de no ser parte de los derechos adquiridos en los distintos movimientos sociales, se comenzó a luchar de forma autónoma, entendiendo la autonomía como el desprendimiento de nuestros opresores, por lo cual en primer momento esa búsqueda fue de corte político: el derecho al voto.
Con este derecho se haría el reconocimiento de la ciudadanía, que representaba la puerta de entrada para muchos otros derechos y si, con este gran paso nuestras predecesoras marcaron la línea de salida para el largo camino que aún seguimos recorriendo con un solo objetivo, regresar a nuestras manos lo arrebatado por siglos de opresión.
Por tal razón, las causas sociales del surgimiento del feminismo en un principio fueron políticas y para ello en cada nación ha sido distinta la forma de alcanzar la anhelada participación mediante el voto, porque no es nada nuevo decir que durante muchos años nos confinaban de tal forma que teníamos el mismo valor que el ganado o las cosechas.
Así que el gran privilegio de ir a una urna, de ser consideradas parte del Estado y tener derechos, es el resultado de la imparable lucha de las sufragistas, quienes forman parte de las llamadas “olas del feminismo” y de ellas les escribiré en un siguiente artículo.