¿Existe el feminismo latinoamericano?
El rostro perdido Han pasado ya cinco centenares de años desde el descubrimiento de América pero, en ese transcurso del tiempo, no hemos encontrado el rostro que nos pertenece: “América latina —escribió Galeano— se especializó en perder desde los tiempos remotos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le…
El rostro perdido
Han pasado ya cinco centenares de años desde el descubrimiento de América pero, en ese transcurso del tiempo, no hemos encontrado el rostro que nos pertenece: “América latina —escribió Galeano— se especializó en perder desde los tiempos remotos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta. […]”.
A partir de los movimientos de conquista, la cultura latinoamericana comenzó a dibujarle un rostro hibrido a cada uno de sus países; primero el rechazo, persecución y aislamiento de las culturas originarias; después, el rediseño social con base en el ejemplo del viejo mundo. Lo mismo sucede con las funciones sociales que desempeñamos las mujeres dentro de nuestras culturas.
¿Cuál es la organización originaria de nuestro pasado?
Explorar el mundo antiguo de las culturas mesoamericanas revela una región de muchos rostros. Esa esencia diversa de las sociedades latinoamericanas se conserva insistente debido a los asentamientos antiquísimos; además, dejando de lado la visión homogénea para describir la región, el papel social e institucional de la mujer tiene diferentes categorías [entre lo público y lo privado].
La organización originaria es aquella que corresponde a las comunidades preexistentes a la colonización española —no necesariamente implica que se haya mantenido apartada o intacta— y que después de los diferentes momentos de reconfiguración de los países latinoamericano existe por las estructuras generacionales de su configuración: familias, instituciones políticas, religiosas…

En México, las organizaciones originarias de los pueblos y comunidades indígenas no siempre fueron legitimadas y reconocidas por la República, fue hasta la segunda mitad del siglo XX cuando el tema comenzó a escalonar en la agenda pública.
¿Y el feminismo?
Entendiendo el pasado diverso [la combinación de lo originario con lo edificado a partir de la colonización], la región ha transitado por diferentes momentos políticos y sociales: dictaduras militares, revoluciones, golpes de estado, desapariciones forzadas, desplazamientos forzados y por supuesto feminicidios. Estos últimos constituyen un elemento contundente en el fortalecimiento a la estructura de los movimientos feministas de la última década.
Con frecuencia el feminismo se ha desacreditado por discursos institucionales y políticos (patriarcales), a partir de calificativos apropiados en la opinión pública que desvían el objeto del movimiento: la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos y oportunidades.
En Latinoamérica los discursos de los movimientos feministas se han construido en momentos violentos y autoritarios; en Argentina, como ejemplo, las detenciones arbitrarias de la dictadura militar y el encarcelamiento de mujeres embarazadas, es un pasado inmediato que justifica parte del discurso [tanto académico como de movimientos sociales] de los movimientos feministas de la región, compatible con el caso chileno.
El abordaje del feminismo —sin distinguir región del mundo— responde a experiencias sociales y políticas de la historia de nuestros países; el feminismo existe desde el momento en que las alianzas feministas se concretan con el fin de luchar por derechos y oportunidades.
La romántica idea de la igualdad solo se ha conservado a partir de luchas sociales estructuradas que miran hacia diversos objetivos, esto transita por la academia, las artes, la movilidad social. Existe el feminismo en Latinoamérica, así como en diferentes regiones del mundo, lo cierto es que no todas las regiones persiguen los mismos objetivos, debido a que las condiciones de discriminación o violencia no suelen ser las mismas.
¿Cuáles son los retos del feminismo latinoamericano?
América latina comprende un territorio grande, diverso y polarizado; el pasado indígena y europeo, las instituciones plurinacionales y los nacionalismos centralistas-unitarios. El feminismo como forma de vida para las mujeres latinoamericanas representa una experiencia cultural nutrida por diferentes estructuras sociales, comenzando por la familia y las experiencias de la vida cotidiana [laboral, académica, económica]. Hablando del poder político efectivo al que han accedido algunas mujeres de la región, se encuentra el reto de localizar la formula oportuna de consolidar alianzas en común pese a la diferencia partidista.
La estructura cotidiana de la distribución de roles y funciones sociales (el patriarcado) es el principal objetivo de los procesos deconstructivos de la causa feminista; en Latinoamérica, la diversidad cultural de las sociedades y los órdenes políticos representan un reto de identidades para las mujeres, concebir que el feminismo en la región se vive de acuerdo a la emancipación de las mujeres con respecto a los órdenes hegemónicos de participación en la vida pública.