El trabajo de cuidado, ¿exclusivo de las mujeres?
El COVID19 ha agudizado y visibilizado las problemáticas alrededor de la incapacidad social y política de garantizar el bienestar de la población.
En colaboración con Maria A. Lache M.
El cuidado ha sido histórica y socialmente destinado a las familias, siendo las mujeres las que más ejercen el cuidado a nivel mundial, ya que dentro del hogar dedican mayor cantidad de tiempo a la atención y al cuidado de niños y niñas, personas mayores y personas con algún tipo de discapacidad. Además del tiempo, también realizan mayor cantidad de tareas dentro del hogar, lo que finalmente acrecienta la doble jornada laboral. A pesar de que el cuidado dentro de los espacios familiares requiere tiempo, esfuerzo físico y la prestación de un servicio hacia otra persona, aún es difícil que sea considerado socialmente como un trabajo, por lo que en su mayoría no es remunerado.

Inicialmente, es importante hablar de los cuidados ya que la sociedad requiere salud médica y emocional. Sin embargo, existen grupos poblacionales que demandan mayor oferta de estos servicios, como son los menores de edad, las personas con algún tipo de discapacidad y las personas mayores. Y debido al envejecimiento de la población, que es un fenómeno global acelerado, cada vez se demanda una mayor oferta de servicios para este grupo poblacional. No obstante, en la mayoría de los países de Latinoamérica, los modelos de cuidado son insuficientes para abastecer a las poblaciones que los demandan.
Se debe recalcar que la crisis de los cuidados existe hace décadas, pero el contexto del COVID19 ha agudizado y visibilizado más las problemáticas alrededor de la incapacidad social y política de garantizar el bienestar de la población. Por lo que muchos de los modelos actuales para el cuidado son insuficientes e inviables. Además, la forma en que la sociedad ejerce el cuidado es desigual, injusta e inviable, ya que las mujeres son quienes más ejercen el cuidado, afectando principalmente a las mujeres más pobres, quienes en su mayoría brindan estos servicios con nula o poca remuneración económica.
Es importante prestar atención a los cuidados ya que ofrece diferentes resultados que benefician a la sociedad. Inicialmente, 1) la inversión en estos proyectos disminuye la brecha salarial, permitiendo que las mujeres se puedan incorporar en el mercado laboral. Además 2) genera más empleos, involucrando ganancias a los Estados por el aporte de los nuevos empleados a la contribución social y los impuestos de renta. Asimismo, 3) mejora la calidad de los servicios, ya que los cuidadores tendrían mayor capacitación y empleo. Y finalmente, 4) aumenta la oferta de servicios para las poblaciones que lo requieren, mejorando el bienestar social y la calidad de vida.
Para concluir, quiero resaltar los siguientes puntos:
- El cuidado no debe ser demeritado, los trabajos de cuidado son fundamentales para el bienestar de la sociedad.
- Los trabajos de cuidado deben ser remunerados sin importar si son ejercidos desde un ámbito profesional o desde el hogar, ya que en ambos se ejerce esfuerzo físico, se invierte tiempo y se prestan servicios.
- Los trabajos de cuidado deben ser redistribuidos. Las mujeres y niñas no debemos ser las encargadas exclusivas de ejercer tareas de cuidado, es un ejercicio que debe ser llevado a cabo por todas las personas de la sociedad y las instituciones públicas del Estado.
- El Estado debe brindar las condiciones para que el trabajo de cuidado se ejerza de forma adecuada, brindando capacitaciones para cuidadores(as), creando espacios e instituciones que brinden de forma permanente cuidados de calidad y a bajo costo para las personas que no tienen dinero para acceder a éste; y finalmente, generando políticas enmarcadas en el cuidado como un derecho fundamental de las personas.
Es así como se puede evidenciar que el cuidado es un ejercicio del que toda la sociedad debería formar parte, sin importar el sexo, por lo que el estigma social de que la mujer es la única cuidadora debe acabarse junto a los diferentes roles de género que han sido asignados por la sociedad y han perjudicado tanto en el libre desarrollo de la personalidad.