Ecofeminismo
¿Cuál es la relación entre feminismo y ecología? En este artículo te presentamos la configuración de uno de los últimos gritos del feminismo: el ecofeminismo que plantea que no puede existir equidad de género sin conciencia medioambiental.
¿Entre tantos feminismos, qué rama me adscribo?
Reconociendo que no existe un único feminismo, sino que son tantos como distintas posturas, ideologías y filosofías existen, puede resultar complicado escoger un tipo de feminismo que se adecúe completamente a nosotras. Y aún así, es importante conocer varios de ellos antes de escoger aquel que defina nuestra postura ideológica. En este artículo se presenta uno de los feminismos menos sonados pero no por eso menos importantes, así como de sus fundamentos y cualidades.

El ecofeminismo es el encuentro entre el movimiento feminista y el movimiento ecologista en su “resurgir” de las últimas décadas. Se sustenta en la relación entre la mujer y la naturaleza, en el punto en el que ambas son menospreciadas y explotadas y sostiene el objetivo de mejorar la relación del hombre con ambas, así como todos los seres humanos en general.
Según la pensadora eco feminista Alicia Puleo, Dra. en Filosofía y Titular de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valladolid, el ecofeminismo “…es una redefinición de la realidad, una redefinición de quiénes somos como humanos, a partir del análisis de cómo nos determinan los roles de género y cuáles deben ser nuestras relaciones con la naturaleza en este siglo del cambio climático y la crisis ecológica”[1].
Puleo afirma que los roles de género han impuesto a la naturaleza cierta identidad femenina, dejando a las mujeres las responsabilidades de cuidado de la Madre Tierra. Así pues, este mismo orden ha dejado el estereotipo del hombre cazador y guerrero, que en estos tiempos resulta totalmente fuera de lugar e incluso peligroso, ya que no se adaptan al actual ritmo de vida. “La voluntad de dominio, tan alabada frente al humilde cuidado compasivo, es suicida para la humanidad dada la capacidad tecnológica de destrucción que se ha alcanzado”, dice la autora[2].
En la mayoría de los grupos ecologistas, los principales sostenes son las mujeres, y sin embargo no llegan a más que simples bases en estas grandes pirámides. “Podemos decir, por un lado, que las mujeres, con su presencia en los movimientos ecologistas manifiestan su preocupación por el futuro, pero no tienen suficiente voz y representación en ellos[3]”. En su continua lucha, las mujeres pertenecientes a los movimientos ecologistas expresan sobre todo su creciente preocupación por la salud de los más frágiles, es decir niños y adultos mayores, el maltrato animal, la continua amenaza de guerra nuclear y la insostenibilidad de los modelos de producción capitalista y neoliberal, basados en la destrucción de ecosistemas y el uso de recursos no renovables. Por si esto fuera poco, la fragilidad del cuerpo femenino ante la contaminación se ve cada vez más marcada en la sociedad. El uso de agrotóxicos en los alimentos afecta más a mujeres que a hombres de formas considerables, y el aumento de cáncer de mama en los últimos años no es más que una prueba de la creciente contaminación medioambiental con sustancias químicas similares a los estrógenos.
Así, al ser relativamente nuevo, el ecofeminismo requiere del reconocimiento que se le da a otras ramas del feminismo debido a lo antes expuesto. Si bien, la implementación de productos de higiene personal en materiales reutilizables es un gran paso, se necesita aumentar la conciencia acerca de nuestro papel y el papel de nuestros relativos ante la situación medioambiental; “educar” a una persona en el tema no requiere de esfuerzos sobrenaturales y actitudes maternales extremas, basta con un comentario y un fundamento para sembrar semillas de cambio en la mente de las personas.
[1] Alicia Puleo. Ecofeminismo para otro mundo posible. Ed. Cátedra, España, 2011.
[2] Ibídem.
[3] Ibídem.