Del amor romántico y sus demonios
poema sobre lo que nos han hecho creer que es el amor romántico
De las palabras matutinas escritas con tinta del bar
aprendí que no regalas girasoles
sin tu previo arranque de ira solemne
en el que me adjetivas ‘puta’.
En tus dulces y cuatrocientos chocolates
encontré los mensajes sexualizados a otros senos sabor miel.
En las canciones dedicadas en mis redes sociales
encontré tu excusa para olvidarte de tus promesas.
Por cada una de nuestras fotos,
que parecen postales de turista en plaza de mayo,
hallé fotos de tu objetivo carnal del próximo sábado.
En tus abrazos cálidos justificabas
la mano estampada en mi rostro.
Con tus lágrimas de arrepentido
inundabas mi mente de culpas
que, sin un ápice de sentido,
me hacían retroceder de la puerta
que custodiaban tus chantajes, arrebatos y espejismos de ilusiones.
Esos, tus demonios cómplices de tus actos,
me atormentaban con sombras de tu amor.
Amor histérico, narciso y embustero.
Amor ególatra, despiadado y chantajista.
Ese amor que llamabas “romántico”.