Amiga, sé que ya te diste cuenta.
Carta a una amiga que vive una situación de violencia de pareja, pero que le cuesta darse cuenta de ello.
Carta para una amiga no tan imaginaria.
Amiga, querida amiga, yo sé que ya te diste cuenta.
Sé que no hace falta que venga a recordarte todos los malos momentos, ni que te repita una y otra vez el daño que estás permitiendo que él, esa persona que llamas tu pareja, te haga. Sé que no está en tus planes permitir que te hable a gritos, que te insulte o incluso que llegue a pegarte (o lo vuelva a hacer), aunque lo más probable es que pase de nuevo. Él no está dispuesto a cambiar.

Carta a una amiga que vive una situación de violencia de pareja, pero que le cuesta darse cuenta de ello.
Comprendo lo difícil que es estar en esa situación. Sé que te ha costado muchos días y noches sin dormir. Sé que intentas ocultar a todos: familia y amigos, lo que está pasando. Y sé que de la noche a la mañana las cosas no van a poder cambiar, por mucho que yo quisiera ir a rescatarte y hacer que salgas de ese círculo violento y vicioso. Amiga, yo sé que ya te diste cuenta.
Quiero que sepas que aún estoy aquí, reafirmando nuestra amistad. Si te has sentido sola en estos momentos, solo hace falta que voltees, aquí estoy a tu lado, lista para el momento en que decidas cambiar la situación en la que vives.
Sé que tal vez nos hemos alejado la una de la otra por la situación, pero eso no importa; en el instante en que tú estés preparada, yo haré todo lo que esté en mis manos para ayudarte. Pero no hace falta que lo repita, porque, amiga, yo sé que también ya te diste cuenta de eso.
Aunque sé que eres consciente de la situación que vives con esa pareja violenta, aunque sé que eres consciente de que en el momento que lo decidas haremos lo necesario para que lo dejes atrás, hay algo, mi querida amiga, de lo que no te has dado cuenta: que eres una mujer increíblemente maravillosa, poderosa e inteligente. Amiga, ¡date cuenta!
Tal vez en este preciso momento no lo creas, pero así es. Tienes lo suficiente para seguir adelante sin él. Sé que hay muchos miedos dentro de ti en este instante.
¿Tienes miedo de dejarlo? Has construido junto a esa persona que hoy en día es tu pareja, tenían un futuro juntos planeado, en el que, a pesar de no incluir la violencia que hoy vives, depositaste todas tus esperanzas, acciones y trabajo. Lo comprendo. Pero créeme: tú puedes seguir con ese plan sola, porque el amor que tanto idealizas en él es el amor que tú misma necesitas darte. Abrázate, ámate, no es fácil y quizás necesitarás terapia para que re-descubras el potencial de amor propio que tienes, pero lo tienes. Amiga, eres valiosa.
¿Tienes miedo del qué dirán? Sabemos que tu círculo social cercano ha seguido de cerca tu relación, supiste ocultar de todos la primera vez que te gritó, que te violentó, pero algunos nos dimos cuenta más adelante. Pese a que tú no lo querías y ante tu negativa, muchas otras personas te juzgaron y te juzgarán por haber permanecido en una relación llena de violencia o probablemente solo por dejarlo. Incluso, tal vez, en tu o su familia intentaron chantajearte con no darte o quitarte cosas si seguías o no con la relación. Esas personas hablarán de ti, tenlo por seguro, dirán cosas como que eres tonta, que no tienes valor o que tú te lo buscaste. Recuerda que tienes más valor que aquellas personas que no son capaces de enfrentarse a sí mismas y para ocultar su realidad tienen que hablar mal de los demás. Amiga, eres inteligente.
Sé que aprendiste a sacrificarte y no valorar tu salud mental porque creciste viendo a tu madre resistiendo todo por el bien de la familia que tenía en sus manos. Pero, amiga, la historia no tiene que ser la misma y tampoco quiere decir que ella lo haya hecho bien. Recuerda que para poder darle a alguien algo bonito, como cariño y estabilidad, deben primero estar en ti. Debes quererte y cuidarte primero a ti para poderlo hacer con alguien más. Amiga, eres poderosa.
En fin, querida amiga, yo sé que ya te diste cuenta que la relación es violenta y te hace daño. Por favor, ahora date cuenta de lo valiosa, inteligente, poderosa y fuerte que eres. Date cuenta que no necesitas a esa persona para salir adelante. Date cuenta que tienes lo suficiente para mejorar tu situación. Date cuenta que habemos quienes te queremos ver bien y feliz. Date cuenta que tú puedes.